Consideraciones contables y financieras para el cierre del año 2022

La aplicación de las normas de información financiera, principalmente en temas de índole financiero, es, hoy más que nunca, un elemento crucial para el cierre del año. Esto se debe, en gran medida, a la inestabilidad económica derivada del periodo postpandemia y las condiciones geopolíticas actuales, que han afectado los mercados y las cadenas de suministro en varias regiones del mundo, incluyendo México.

En el siguiente artículo, compartimos algunos de los retos que la volatilidad económica y los nuevos pronunciamientos contables han traído consigo y que consideramos relevantes para que las empresas tengan presentes de cara al cierre anual 2022:

  1. Deterioro de activos de larga duración – este tema se intensificó y su nivel de complejidad se incrementó a raíz de la pandemia, al presentarse nuevos indicadores de deterioro. Por ejemplo, existen activos que sufrieron cambios inesperados incluso por el simple paso del tiempo y estar actualmente en desuso. Por ello, es importante estar atentos a los indicios de deterioro y hay que revisar que el valor de los activos no supere los flujos esperados (descontados), porque de ser así, se tendría que buscar la reducción del valor de dichos activos.
  2. Volatilidad de las tasas de interés – que genera inestabilidad en los mercados y, a su vez, vuelve más compleja la medición del valor razonable, método habitual para la valuación de ciertos rubros de los estados financieros como son: intangibles, inventarios, activos fijos, instrumentos financieros, entre otros. Esto ocurre porque esa volatilidad genera subjetividad en cualquier rubro valuado mediante técnicas de valor razonable, pues se utilizan estimaciones y flujos difíciles de pronosticar. Por ello, es importante prepararse adecuadamente para minimizar los riesgos en dichas estimaciones.
  3. Arrendamientos – se extendió la fecha de la enmienda que simplifica el tratamiento contable de este tipo de relaciones, hasta el 30 de junio del 2022, lo que implica que, si durante la pandemia los contratos de arrendamiento recibieron descuentos, no es necesario reevaluarlos o reestructurarlos. Es decir, los contratos de arrendamiento con suspensiones o diferimiento en los pagos tendrán que ser evaluados bajo los alcances de cada normatividad aplicable y sus recientes modificaciones, las cuales, en la actualidad, simplifican el proceso. Otras consideraciones tienen que ver con los impactos en los movimientos de las tasas de descuento, índices de inflación y tipos de cambio que pueden impactar el pasivo por arrendamiento al cierre del ejercicio.
  4. Cambios en los contratos de deuda – derivado de la pandemia muchos bancos flexibilizaron sus servicios, cambiaron sus tasas, extendieron sus plazos y hasta ofrecieron descuentos, por lo que es importante considerar la famosa “prueba del 10%” que nos indica la IFRS para ver si es necesario dar de baja el pasivo financiero y reconocer uno nuevo o continuar con el mismo tratamiento contable, siempre que entre el original de deuda y el nuevo no haya una diferencia superior al 10% porque arriba de ese porcentaje, el contrato debe ajustarse de tal modo que se convierte en, prácticamente, un nuevo documento.
  5. Consideraciones de las relaciones contractuales onerosas – el escenario que se ha dado es que los costos de cumplimiento sobrepasan los beneficios, por lo que se deben reconocer los costos en un contrato en el que no hay ganancias, pues con ese conocimiento es posible decidir y actuar para mantener a los clientes, a pesar de las pérdidas; o pagar el costo legal que genere dar por terminado el contrato. Un movimiento especialmente importante para inversionistas.

Si deseas saber más sobre este tema, te invitamos a que veas nuestro webinar “Consideraciones contables y financieras para el cierre del año fiscal 2022”, con la participación de Humberto Rojas, socio de Asesoría Financiera; Jorge Villanueva, socio de FRS Desk; Alfredo Coronado, gerente senior de FRS Desk; y Anahí Limón, gerente de Asesoría Financiera.