Sustentabilidad: Llevando la conversación hacia adelante

Para explicar un tema de gran interés para Mazars, comisionamos a la Unidad de Inteligencia de The Economist para examinar la relación entre la regulación y la sustentabilidad. En este artículo, se investiga la forma en la que la sustentabilidad puede ser medida y promovida a través de la regulación, así como las diferencias entre los países y las regiones al adoptar prácticas sustentables.

La forma en la que la sustentabilidad ha sido comprendida por los negocios y los inversionistas ha cambiado dramáticamente desde que se consideró dentro de la responsabilidad social corporativa (RSC) en los sesentas. Ha pasado de ser un reporte anual a los accionistas sobre las actividades realizadas en relación a las obligaciones más amplias de la compañía en los social y la ética, hasta llegar a ser una parte integral de la estrategia de negocio de muchas empresas.

No hay un acuerdo global sobre los requisitos de reporte para lo social corporativo o la sustentabilidad. A nivel regional, la Unión Europea ha unificado los reportes de sustentabilidad, puesta en vigor a través de la directiva 2014/95/EU. Sin embargo, mucho del empuje detrás de la incorporación de la sustentabilidad en las operaciones de los negocios, viene de la globalización de las cadenas de suministro y de la creciente presión de parte de los inversionistas, dueños de bienes, ONGs y el público en general para que las compañías reporten sobre los riesgos relacionados con ESG (Environment, Social and Governance). Como resultado, hay diferencias significativas en cómo los EEUU, la UE y Asia, están desarrollando marcos de referencia, programas y legislación para lograr un cambio global hacia la sustentabilidad.

Europa - conversaciones sobre dinero

En enero de 2018, la Comisión Europea (CE) presentó planes para consolidar la sostenibilidad en el sistema financiero europeo. Se sugirió introducir un sistema de clasificación de lo que es "sostenible" y medidas para imponer condiciones a los requisitos de informes corporativos y las obligaciones que los administradores de activos tenían con los inversores.

Muchas de las sugerencias de la CE ya se están poniendo en práctica. En 2019 debería acordarse legislación adicional de la UE para obligar a la industria financiera a entregar los 180 MM de euros que son necesarios cada año, para alcanzar los objetivos de cambio climático de Europa.

China – sostenibilidad, un valor añadido económico

El rápido crecimiento económico ha dejado a China, enfrentando algunos de los problemas ambientales más severos del planeta. Si bien es cierto que reconocen el costo de la inversión requerida, China ve la sostenibilidad como una oportunidad para que sus compañías desarrollen tecnologías innovadoras que permitirán mover al país hacia una cadena de exportación con valor añadido. Lo que es claro, es que China quiere un retorno de sus inversiones ambientales. Al enfocarse en investigación y desarrollo, China espera liderar la tecnología ambiental del mundo.

Sin embargo, China todavía tiene que luchar con las presiones sociales y económicas que se han estado acumulando a medida que el país se ha desarrollado. Si China fracasa en abordar estos problemas de sostenibilidad, estos podrían tener un serio costo en el futuro, así como consecuencias reputacionales y de crecimiento para los negocios en este país.

EE.UU. – Los estados y el mercado se rebelan

El presidente Donald Trump ha dejado muy claro que no es un fanático de las iniciativas de cambio climático. Pero no todos están de acuerdo con él. En junio de 2018, el Senado de EE. UU. Rechazó sus planes de profundos recortes en los presupuestos de investigación en energías renovable, y los estados individuales están desarrollando sus propios proyectos sin la necesidad de una regulación federal.

Los estados individuales están acumulando aún más presión sobre el carbón. California ha establecido ambiciosos objetivos de energía limpia. Otros estados están expulsando a los contaminadores, promoviendo vehículos eléctricos y límites de contaminación. Incluso en donde los estados se están retrasando, las fuerzas del mercado están haciendo el trabajo pesado. Los consumidores demandan un cambio y los negocios se ven obligados a responder.

Consiguiendo tracción

Al implementar medidas regulatorias, las compañías han comenzado a darse cuenta de los beneficios de un enfoque sostenible: sus operaciones, la gestión de riesgos enriquecida, el fortalecimiento de las relaciones con los grupos de interés, el ahorro de costos, la creación de valor y la mejora del posicionamiento en el mercado.

Lo que está quedando claro es que al mejorar los estándares y las prácticas voluntarias existentes, las empresas, la sociedad y el gobierno pueden acercarse a lograr un futuro más sostenible. La regulación tiene un papel que desempeñar, pero puede usarse para alentar y no solo para castigar.

Descargue el artículo completo en el que se basa este artículo a continuación y obtenga información más detallada sobre el impacto que la regulación puede tener en la sostenibilidad en todo el mundo.

Documento

EIU Sustainability Regulation